En el episodio de Dragon Ball Super «¡¿El universo se derrumba?! ¡El Dios de la Destrucción vs. El Super Saiyan God!» continúa el combate entre el Dios de la Destrucción Beerus y el Super Saiyan God Son Goku en la estratosfera terrestre. Golpe a golpe, los dos contrincantes van concentrando una mayor cantidad de ki que parece no tener fin. Desde la Tierra los guerreros Z, Whiss y Mr. Satan observan pasmados las ondas de choque que fluctúan en el cielo fruto de la batalla de los dioses que tiene lugar a varios miles de quilómetros de sus cabezas. Las sacudidas de la contienda son tan fuertes que causan estragos en todo el universo, lo cual hace temblar de miedo a Rō Kaiō Shin y a Kibitoshin en el planeta de los Kaiō Shin que está a cientos de años luz del lugar donde se desarrolla este duelo de titanes.
En este capítulo tanto Beerus como Goku compiten para comprobar quién de los dos concentra mayor energía antes de atacar. Sus auras crecen sin parar hasta que, en un momento dado, toman la forma de dos dragones chinos que serpentean en la oscuridad del espacio. La velocidad de los dos púgiles también se incrementa sustancialmente, ofreciendo un espectáculo en el que chocan y se alejan como si fueran dos luces brillantes que iluminan la noche espacial. Ambos efectos sirven para reforzar la magnitud de la lucha entre el Dios de la Destrucción y el Super Saiyan God. Sus embistes hacen que el universo tiemble generando ondulaciones en el cosmos con un gran poder destructivo. Ninguno de los dos rivales se percata de que sin querer pueden pulverizarlo todo.
En Satan City sus habitantes perciben cómo un manto invisible hace que toda la ciudad tiemble como si hubiera un terremoto. Aparecen grietas en el suelo y las personas caen empujadas por una fuerza misteriosa de origen desconocido. Un reportero valiente, ante el caos, llama al salvador del mundo. Mr. Satan. Pase lo que pase, él les ayudará. Al coger su teléfono móvil, el campeón del último Tenkaichi Budokai tranquiliza a sus conciudadanos diciéndoles que está trabajando para solucionar el extraño problema que sacude el planeta aunque ni él mismo sabe cómo detenerlo. El único que es consciente de la gravedad de la situación es Rō Kaiō Shin que está convencido de que si Goku y Beerus siguen peleando al mismo ritmo que han llevado hasta ahora, el universo en el que viven desparecerá con ellos incluidos. Mientras dura el combate, Rō Kaiō Shin intenta comunicarse con el Super Saiyan God y con el Dios de la Destrucción sin que ninguno de los dos escuche su llamada, debido a que están concentrados en su enfrentamiento. Nadie puede detenerlos.
Las pequeñas dosis de humor de este episodio, protagonizadas por Whiss y Rō Kaiō Shin, rebajan la tensión que produce la intensa batalla de los dioses. Vegeta mira hacia el cielo aunque le pueda doler el cuello. Whis se fija en este detalle y le enseña una esfera mágica al orgulloso príncipe de los saiyans para que pueda observar cómo lucha Kakarotto en su nuevo estado. Vegeta ni se inmuta ante este gesto de amabilidad que Whiss acompaña con gestos exagerados que buscan la risa en el espectador. El anciano Kaiō Shin siente una profunda tristeza ante el inminente colapso del universo porque, si ocurre, ya no podrá disfrutar de sus revistas eróticas. Aunque la fugacidad de estas escenas cómicas sea testimonial, sirve para contrastar el intercambio de golpes entre dos dioses que tiene lugar en la estratosfera terrestre.
La próxima semana llega el capítulo trece de Dragon Ball Super «Goku, ¡sobrepasa al Super Saiyan God!» en el que se estrenará el segundo ending de la serie que se titula «Starring Star» y que está interpretado por Keytalk. Recordad que cada domingo a las nueve de la mañana, hora japonesa, podréis disfrutar de una nueva entrega de Dragon Ball Super. ¡No os lo perdáis!
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